domingo, 29 de marzo de 2009

Triste

Hoy escribo para conmemorar amor... El amor de un par de extensiones recíprocas y complementarias, de nylon, papel y carne.
Empiezo con vos, linda marrón, de cierres negros, bordados blancos y cintas elásticas... ¿Quién hubiese dicho, a lo largo de estos años, que habríamos de separarnos tan vil y tristemente, sin poder despedirnos? Te vi irte como cualquier otra, pero el dolor fue único e incomparable.
Antes que todo, te busqué por un tiempo, te imaginé y te encontré... Y un día, en un instante cualquiera, inesperadamente, te fuiste de mis hombros como se va la vida de muchos que caen en el frente de batalla... Como caímos nosotros, sin posibilidad de revertir ni remediar las circunstancias. Quizás esta sea la venganza de las almas tristes que perecen en el mar y te concibieron con sus bordados, esclavos de los monopolios, sin posibilidad de mirar más allá que el vasto y ancho mar, presos tras paredes metálicas. Probablemente haya sido su venganza, la del destino, que se tomó partida en las manos de unos malevos marginales que vinieron a darnos el tiro de gracia sin dejarnos decir un último adiós.

Ahora vos, precioso gris de retoques norteños, que apareciste de casualidad y te convertiste en un confidente que no hubiese imaginado... En tus entrañas yacen -me pregunto profundamente si lo hace todavía- las entrañas de mis pensamientos, la superficie de la piel novata de mi alma. Nunca me animé a hablar de tantas confidencias como lo hice con vos. Jamás fui tan sincero con algo ni conmigo mismo como lo hice con tus líneas, fieles amigas de penas, de alegrías y de nostalgias, en todo momento, a cualquier hora, cuando más lo necesité. En vos volqué mis burdas creatividades, mis lamentos más dolorosos y mis pensamientos mejor guardados... Eras un secreto a simple viste, intentando confundirse con el resto de los objetos banales que nos rodean permanentemente. Viví mis días como una extensión tuya y vos como una extensión mía... Me duele tanto no volver a verte y saber que todas esas cosas que compartimos ya no son nuestras, ni importan para nada ni nadie.

Hoy escribo para conmemorarlos porque me cuesta mucho olvidar.

No hay comentarios: