jueves, 19 de marzo de 2009

Confesiones a mi próxima batería negra de aros plateados y parches transparentes con bordes opacos

Hoy me gustaría poder decirte tantas cosas... ¡Ay, pero las cosas que te diría!
Creo que hasta no creerías la mayoría de todas las cosas que tengo para decirte...
No te alcanzarían esas orejitas suaves para escuchar las toneladas de palabras que tengo guardadas hace tanto tiempo.
Podría escribirte, pero hoy soy verborrágico y no puedo disipar estas ganas de decirte tantas cosas en un papel; no me daría aliento la muñeca al verse cargada de tanto esfuerzo.
Empezaría con las simplezas, luego con las bromas, esas que tanto nos gustan, y después iría cavando lentamentamente en el pozo negro de mi cabeza gris que guarda todas las ideas que te recuerdan sólo a vos. ¡Ay, pero qué de cosas tengo para decirte!
Pienso y veo todo este tiempo que pasó sin poder mirarte a los ojos y decirte algo propio del momento - o impropio, ¿cuándo no fuimos una simple impropiedad?- y caigo en la cuenta de que ya no te recuerdo... ¡Qué miedo! ¿A no recordarte o a que no me recuerdes? ¿Acaso me pregunto como un insulso todas estas cuestiones irrelevantes? ¿Acaso alguna vez importamos? ¿Por qué me importás tanto? ¿Por qué eso me hace tan infeliz?
Ahora soy puro miedo y no me animaría hablarte... Ya me pasó... Me pasa seguido... No sólo con vos, con mucha gente, con muchas cosas.
Siento que pierdo en vano mis ganas y mi tiempo... Jamás llegarías a conocer esta línea; digo nomás todas estas cosas sólo para poder entenderme un poco más y animarme, al menos, a dejarme conocer a mí mismo... Es que me aterra a veces pensar en que me conozcas profundamente, que sepas mis certezas y mis inseguridades; sería vulnerable a lo ancho y a lo largo. No puedo hablar de culpas; soy yo quien no se anima a hablar... y por miedo. Eso no es culpabilidad, es, simplemente, la flaqueza de una cabeza gris. No sé si alguna vez pude hablarte. Todavía no te conozco. ¿En dónde te voy a encontrar? Ojalá seas pura y transparente y no intentes jugar como ya lo han hecho... No podría soportarlo otra vez. Sería desgarrador sentir de nuevo todo esto que siento desde hace tanto tiempo, toda esta impotencia, todo este temor.
No quiero que te alejes por mi desconfianza, por mis complicaciones... Sólo necesito que me des Quizás te encuentre cuando la simpleza y la indiferencia me ayuden a no imaginarte tanto... Tan perfecta y sutil; suave y colorida. ¡Pero las de cosas que te diría si te tuviese ahora! Ojalá no me falten las palabras cuando las necesite... ¡Fuera ratones!

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