Ya sé el por qué de tu cobardía... Somos vos, yo, lo del medio. Es la vulnerabilidad, son las ganas en medio de la prohibición que te imponen tus propias reglas.
Ya sé que vas a seguir viniendo por acá y vas a seguir alimentando eso mismo que ahora intentás reprimir. No te va a resultar saludable. Ninguna represión lo es.
Ya sé qué pensás, cómo lo ves, aunque creas que es algo imposible por la falta conocimiento mutuo. A veces no hacen falta vidas enteras para conocer... A veces la percepción hace el trabajo mucho más sutil de lo que puede hacerse por otros medios.
Ahora lo que no sé.
No sé por qué rehusás así a través de una actitud tan injusta. No hablemos de derechos; ¿pero acaso no me gané -y nos ganamos, digo, pero quizás no te guste que hable en plural- la posibilidad de volverte a encontrar?
No sé por qué me toca comerme más impotencia después de haberme devorado el tiempo en el que no te tuve al alcance. Ahora que te tengo cerca, más tengo que lamentarme por no poder acercarme.
No sé por qué pensamos las cosas tan díficiles cuando todo antes fue sensato, tranquilo y normal. Bonito, para recordar.
Vuelvo.
Ya sé que tarde o temprano, cuando me sigas visitando, vas a necesitar hablar... Quizás no de esto, quizás de alguna canción o alguna fantasía.
Ya sé que sabés que voy a seguir esperando.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario