Momentos son los que se viven intensamente. La vida corre segundo a segundo llegando a su fin y, quizás, empezando algo nuevo. La vida es la duda, es la incertidumbre y esa es nuestra única certeza. La certeza de saber que la vida es incierta, rara, viva... Porque la vivimos segundo a segundo... La vida que se vive a cada instante, cada tanto nos regala un Momento. Momento que se marca en nuestra conciencia (que es, conciencia, claro, e inconciencia al mismo tiempo), queda sellado en nuestra piel volátil, queda en nuestro bagaje, la valija que nos acompaña siempre.
Qué valija! La valija que puede ser sin tamaño, o de todos los tamaños. Grande, chica, mediana, corta, infinita.... Finita, fugaz, instantánea, eterna. Hablar de estas cosas me remite, indefectiblemente, a ese existencialismo pueril, ese que forma a uno, que lo marca, que le da densidad en su condición de ser.
Seremos o no seremos nada. Seremos destruidos. Seremos espacio en la historia, en el tiempo. Nuestros segundos son nuestros y así, siempre volvemos a un Momento, vivido, ágil, fugaz que nuevamente nos marca y nos sella.
Hay tantos gustos y tantos disgustos. Tan diversa es la vida que ya no sé en dónde hay lugar para el ser. El lugar del sin-lugar. Lugar abstracto, que no busca espacio físico, ni temporal, dimensional... Busca ser, como el Momento, como la vida.
Querer nos agarra a tierra. Amar. Sentir. El afecto. Las emociones. Son espíritu del Momento. Son el insuflo que da vida al globo.
Noticias, declaraciones, toda la información. Redes sociales, 24 horas de noticias, internet, comunicación. Estímulos, reflejos, signos de exclamación e interrogación. Es la plaga, es el manto que nos cubre, poco a poco, en cada segundo de nuestro ser. La información, las imágenes, el pensamiento. Nos invaden el pensamiento. ¡Cómo un brasileño naturalizado boliviano va a arruinarnos un Momento argentino! ¡Claro que sí! Son latinoamericanos, son Patria Grande, son vida de nuestra vida y momento de nuestro momento. Son nosotros y somos ellos. Somos todos lo mismo, el mismo calor, la misma empatía. Tabarez, Tabaré Vázquez, Mujica, Gonzalez, Maradona, Achucarro, Urribarri, Lugano. Perla.
Ánimos que dan movimiento con los vientos de cada tierra. Los mismos vientos que nos soplan con su brisa en cada rincón. Qué lindo es el portugués! Qué lindo nuestro español!